domingo, 2 de octubre de 2016

Selección de los anestésicos locales adecuados para los pacientes hipertensos.



Siendo la hipertensión arterial (HTA) una enfermedad tan frecuente entre los adultos, es muy común enfrentar pacientes odontológicos que la padecen.  
Se calcula que casi el 20% de la población sufre HTA, cifra que se incrementa a 65% en los ancianos. 
Este trastorno es un factor de riesgo para otros padecimientos cómo:

  1. Infarto al miocardio
  2. Angina de pecho
  3. Arritmia
  4. Insuficiencia cardíaca congestiva
  5. Accidentes cerebrovasculares
  6. Insuficiencia renal crónica. 

Por ello el profesional de la odontología debe conocer los aspectos que debe cuidar para planear de manera adecuada el manejo de sus pacientes hipertensos en el consultorio dental.
Una preocupación frecuente entre los cirujanos dentistas es la selección del anestésico local, ya que existen muchos mitos y confusiones al respecto. 

Debe personalizarse su uso en los pacientes hipertensos, ya que cada uno de ellos está siendo controlado de distinta manera, recibiendo distintos medicamentos solos o combinados.

Las amidas, como la lidocaína y mepivacaína son el grupo farmacológico más importante, debido a la rapidez con que se manifiestan sus propiedades y a los pocos casos de alergia que se han reportado.


Con la adición de vasoconstrictores como la epinefrina en concentraciones de 1:100,000 a 1:250,000 se logró un incremento considerable en la duración de sus efectos, así como otras ventajas, destacando:
a) Efecto anestésico prolongado que permite trabajar
con un paciente tranquilo.
b) Disminución del riesgo de toxicidad del anestésico.
c) Contribuye a la hemostasia en los procedimientos quirúrgicos.

El trabajar con anestésicos locales sin vasoconstrictor, limita la profundidad y duración del medicamento, incrementándose las posibilidades de toxicidad. 

En los pacientes hipertensos controlados deben emplearse anestésicos locales CON vasoconstrictor, en dosis terapéuticas y concentraciones adecuadas, no mayores a 1:100,000 para la epinefrina y 1:20,000 para la levonordefrina , o bien felipresina (Cytanest) a 1:2,000,000.

La Asociación Americana del Corazón (AHA) y la Asociación Dental Americana (ADA) recomiendan emplear vasoconstrictores adrenérgicos en pacientes con enfermedades cardiovasculares controladas, en dosis máxima de 0.2 mg de epinefrina y 1.0 de levonordefrina. Esta es la cantidad contenida en 20 mL de anestésico (11 cartuchos) a una concentración de 1:100,000 de epinefrina; pocos procedimientos dentales requieren tal volumen de anestésico.

Las contraindicaciones para el empleo de vasoconstrictores
adrenérgicos son:

1) En los hipertensos no controlados o en etapas 3 y 4, o aquellos que desconozcan su condición actual.

2) Pacientes con enfermedades cardiovasculares sin diagnóstico, sin tratamiento o sin control, como arritmia refractaria al tratamiento o angina de pecho inestable.

3) Pacientes bajo la influencia de cocaína.

4) Hipertiroideos no controlados.

5) En quienes han sufrido infarto al miocardio o cirugía de puentes coronarios en los últimos 6 meses.

6) Pacientes que reciben betabloqueadores adrenérgicos no cardioselectivos, como son propranolol, atenolol, metoprolol, timolol o antidepresores tricíclicos.

El empleo de betabloqueadores adrenérgicos o con antidepresivos tricíclicos obliga al cirujano dentista a seleccionar en su paciente un anestésico local con un vasoconstrictor diferente, no adrenérgico, como la prilocaína con felipresina, que actúa a nivel venular y no influye en la presión arterial.



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